Sospechas de soborno con los regalo de Navidad
 

Los regalos de Navidad entre socios comerciales son muy populares. Se trata de un gesto no vinculante garantiza el aprecio mutuo y expresa la satisfacción por la colaboración que ha habido hasta el momento. Esto es algo muy normal y no supone ningún problema para la reputación. Al menos mientras se haga en el marco de la legislación vigente. 

La situación es diferente si el regalo se hace a cambio de determinados contraprestaciones por parte del receptor como, por ejemplo, la adjudicación de un contrato. Las empresas que hacen regalos deben evitar a toda costa cualquier sospecha de soborno y corrupción. Para garantizar que los regalos de Navidad no le causen ningún problema presente o futuro ni a usted ni a sus socios comerciales debe tener unas políticas de cumplimiento normativo claras. 

Por ejemplo, puede establecer el valor máximo de los regalos que pueden recibir los empleados en el contrato de trabajo o en los acuerdos de la empresa. Si un regalo es obviamente más caro, el procedimiento posterior debe regularse de forma clara. Se podría la recepción de dicho reglo y proceder a su devolución. Por cierto, estas normas deben aplicarse a todos los regalos y no solo a los regalos de Navidad de los socios comerciales. 

Una alternativa segura a los regalos son las donaciones de dinero con fines benéficos. Esto permite a las empresas ayudar financieramente a los proyectos que elija con un "bote de Navidad". Lógicamente, sus socios comerciales deberán estar al tanto de ello. O, por el contrario, también puede pedir a sus socios comerciales que donen dinero a determinadas organizaciones benéficas en lugar de que hagan regalos. 

 


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El tratamiento fiscal adecuado 
 

Los regalos de Navidad a los socios comerciales se pueden deducir como gastos de empresa si se cumplen determinados requisitos. Dichas deducciones afectan a regalos cuyo valor no supere los 35 euros. Esta norma se aplica por persona (incluidas las personas jurídicas como las empresas) y año. Sin embargo, si el regalo supera los 35 euros no se podrá deducir fiscalmente. Esto también afecta a la deducción del IVA soportado. 

La excepción al requisito de los 35 euros es si el receptor utiliza el regalo más caro para fines comerciales. Este regalo puede ser, por ejemplo, una herramienta de calidad superior para un artesano. Para evitar posibles problemas posteriores con la Agencia Tributaria, la persona que hace el regalo deberá guardar el comprobante de compra y hacerle una foto. 

A su vez, los socios comerciales deben dar cuenta de los regalos de la siguiente manera:

Para uso privado: primero debe registrarse como ingreso empresarial y luego como retiro privado

Para uso empresarial: debe registrarse como ingreso empresarial y como gasto empresarial

Sin embargo, para evitarle este procedimiento al receptor existe la posibilidad de tributar a tanto alzado. Esto significa que el donante paga un impuesto a tanto alzado del 30 % sobre el valor de la donación (más el recargo de solidaridad y el impuesto eclesiástico, si procede), según el artículo 37b de la Ley alemana del Impuesto sobre la Renta (EStG, por sus siglas en alemán). En este caso, el donatario (que ha sido informado al respecto) no tendrá que registrarlo como gasto empresarial. Se puede hacer por persona y año hasta un valor de 10.000 euros. 

Además de los aspectos más importantes ya mencionados, existen otros detalles a tener en cuenta a la hora de tributar por los regalos de Navidad a los socios comerciales. Por ello, las empresas deben cubrirse bien las espaldas e informarse con antelación. 

Ideas de regalo prácticas para socios comerciales
 

Así se trate de Navidad o de otras ocasiones, los regalos a los socios comerciales tienen una buena acogida si son... 
 

  • útiles,
  • originales,
  • sorprendentes y/o
  • individuales.

Idealmente las relaciones comerciales se profundizan. El valor material del regalo no es importante. Es más importante conocer las preferencias (personales) del receptor y satisfacerlas. Por ejemplo, si a una persona le gusta la pesca, se alegrará de que le regalen un juego de anzuelos. A los aficionados a la música es probable que les gusten entradas para un concierto. Y, a veces, una tarjeta de Navidad redactada personalmente es suficiente para ganarse la fidelidad y satisfacción del cliente.