La cuota mundial de la UE en la producción de chips aumentará hasta el 20 %

Los chips semiconductores son componentes esenciales de un sinfín de dispositivos electrónicos. Los encontramos en ordenadores y teléfonos inteligentes, en relojes, lavadoras y en vehículos modernos. Sin embargo, muchas personas no se dieron cuenta realmente de su importancia hasta la crisis del coronavirus y ante las consecuencias de la guerra en Ucrania. Y es que, debido a la interrupción del suministro, principalmente procedente del exterior, la industria automovilística europea se vio de repente desabastecida de semiconductores. Así, en 2021, solo en Alemania se tuvo que reducir la producción en un tercio. Y no es que en el resto de países europeos la situación fuera mejor.

El panorama lo dejó bien claro: los semiconductores son un recurso geopolítico. Para estar mejor posicionados y preparados de cara al futuro en este sentido, el Parlamento de la Unión Europea aprobó la llamada Ley Europea de Chips. Esta ley pretende localizar más la producción de microchips en el espacio económico que antes y, de este modo, evitar que se produzcan cuellos de botella en el suministro.

¿Y cuál es el objetivo principal? La Ley Europea de Chips pretende aumentar la cuota de mercado mundial de la UE en capacidad de producción hasta el 20 %. Actualmente, la cuota está muy por debajo de esta cifra. Según el informe Global Wafer Capacity Reports de Knometa Research, en diciembre de 2021 Europa tenía una cuota de mercado del 5 %. Según el informe, los países líderes son los siguientes:
 

  1. Corea del Sur (23 %)
  2. Taiwán (21 %)
  3. China (16 %)
  4. Japón (15 %)
  5. América del Norte, Central y del Sur (11 %)

Para recuperar el terreno perdido, Europa está simplificando y facilitando con inyecciones financieras la construcción de fábricas de semiconductores. Los proyectos de inversores extranjeros también se beneficiarán de esta iniciativa. Por ejemplo, en el caso de Alemania, esto podría favorecer los proyectos de Intel en Magdeburgo, de Wolfspeed en el Sarre y de Infineon y TSMC en Dresde. Además, la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado alianzas con países como Australia, Estados Unidos y Canadá.

De este modo, la UE quiere asumir un papel de líder en investigación e innovación, diseño, fabricación y envasado. Y, sobre todo, se centrará en la próxima generación de microchips con nodos de dos nanómetros o menos.

Para la Ley Europea de Chips se prevé una inversión inicial de 43 000 millones de euros procedentes de fuentes privadas y públicas, principalmente de los Estados miembro. La propia UE desea participar únicamente en menor medida.

Asimismo, hay otros grandes mercados nacionales con aspiraciones similares que quieren hacer grandes inversiones en su propia producción de semiconductores a corto y medio plazo.
 

  • Estados Unidos: 52 000 millones de dólares para 2026
  • China: 150 000 millones de dólares estimados entre 2015 y 2025
  • Japón: al menos 8 000 millones de dólares
  • Corea del Sur: 450 000 millones de dólares para 2030 mediante incentivos fiscales

Es probable que esto dificulte los planes que la UE se ha propuesto llevar a cabo con la Ley Europea de Chips.
 


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Sistema de alerta temprana contra las crisis de abastecimiento

Por las razones mencionadas al principio, muchas cadenas de suministro se han visto afectadas de forma significativa, llegando incluso a interrumpirse. Esto no debería volver a ocurrir con la misma intensidad en el futuro. Por ello, la Ley Europea de Chips contempla un mecanismo de emergencia de varios niveles para mejorar la seguridad del suministro.

Prevención de crisis

Se está creando una especie de sistema de alerta rápida para detectar antes los cuellos de botella en el suministro de semiconductores. Para ello, los Estados miembro van a recopilar datos que faciliten el reconocimiento de los riesgos incipientes. También está previsto llevar a cabo encuestas entre las empresas, entre las que se encuentran fabricantes y proveedores, así como compradores. De este modo, las alteraciones en las cadenas de suministro deberían detectarse más rápido que antes y se podrían mitigar al menos sus consecuencias.

Respuesta a crisis

Si a pesar de todas estas medidas surgen problemas significativos, entonces se declara una situación de crisis. En este caso, la Ley Europea de Chips prevé medidas coordinadas. Algunas de estas medidas son la priorización de pedidos para sectores esenciales, el aprovisionamiento cooperativo y el control de las importaciones. La coordinación y el control en este sentido recaen en manos de un comité europeo de semiconductores, que está compuesto por representantes de alto nivel de los Estados miembro y la Comisión Europea.

Asimismo, se prevén otras actividades en el marco de las alianzas sobre semiconductores con los países socios pertinentes para que las cadenas de suministro sean más resistentes. Entre ellas figuran el intercambio constante de información, la normalización internacional, los acuerdos sobre el desarrollo del personal y el aumento de la cooperación en materia de investigación.