Circular sin conductor: los cinco niveles de autonomía

Para establecer diferentes escalas, la conducción autónoma se divide en cinco niveles:

  • Nivel 1: sistemas comunes de asistencia a la conducción, como los sistemas de control automático de la velocidad.
  • Nivel 2: sistemas parcialmente automatizados como la asistencia de mantenimiento de carril, el aparcamiento asistido o        el frenado autónomo de emergencia.
  • Nivel 3: un alto grado de automatización, como las maniobras de adelantamiento autónomas y otras decisiones                            autónomas adaptadas a la situación del tráfico. Solo se necesita un conductor cuando el sistema lo solicita.
  • Nivel 4: todas las tareas habituales de conducción se llevan a cabo de forma totalmente autónoma. El conductor puede          intervenir si lo considera oportuno, pero su presencia no es necesaria.
  • Nivel 5: el vehículo resuelve de forma autónoma incluso las situaciones de conducción más complejas. El conductor ya            no tiene la posibilidad de intervenir en la situación de conducción. Estos vehículos también pueden circular sin                            pasajeros.
     

Panorama actual: el éxito de las pruebas

La realidad es que esta tecnología es cada vez más sofisticada. Las últimas pruebas de camiones autónomos en Estados Unidos arrojaron resultados prometedores, pues los conductores, que por motivos legales deben seguir a bordo del vehículo en las vías públicas, ya no han tenido que intervenir. Los vehículos asumieron toda la responsabilidad, incluso de sus remolques pesados de hasta 36 toneladas. De este modo se ha alcanzado el nivel 4 de conducción autónoma.

Todavía está por ver cuándo podrá implantarse el nivel 5 e incluso si sería conveniente en la práctica. Desde 2023, la conducción autónoma sin presencia física del conductor solo está permitida en zonas operativas definidas y autorizadas. Un ejemplo de ello son los vehículos lanzadera en instalaciones de empresas o en ferias. Para que los camiones totalmente autónomos puedan circular por carretera, la tecnología debe madurar y funcionar al cien por cien.
 


España se queda un paso atrás en conducción autónoma

Si bien en España se utiliza el nivel 2 de conducción autónoma, es cierto que no hay que salir de Europa para ver el nivel 3 (e incluso parte del 4) en países como Francia o Alemania. Por ello, la realidad es que España está más rezagada en este sentido. Con el fin de evitar quedarse estancada, la industria ya está movilizándose para que las autoridades regulen y permitan la circulación de vehículos con nivel 4 de autonomía. Aunque la Ley de Tráfico de 2022 introdujo avances en cuanto a la conducción autónoma, no han vuelto a aplicarse modificaciones para adaptar el marco normativo a esta situación.

En Estados Unidos, la disposición a permitir este tipo de vehículos está más arraigada. De hecho, allí se espera que los primeros camiones autónomos puedan circular a partir de 2025, aunque es probable que puedan controlarse a distancia en situaciones de emergencia. La Unión Europea sigue sin fijar un objetivo sobre la fecha en la que el transporte de mercancías por carretera podría llevarse a cabo sin conductor. También sigue estando en el aire la respuesta a la pregunta de si, en un futuro próximo, se implantarán los camiones completamente autónomos para el transporte de mercancías, ya que actualmente los conductores no solo conducen el vehículo, sino que también se encargan de la carga.
 

Ventajas e inconvenientes de los camiones autónomos

Las ventajas que aportan los camiones autónomos son evidentes. Pueden transportar mercancías de un punto A a un punto B en convoyes por las carreteras de forma más eficiente y sin intervención del conductor. Aunque siga siendo necesario contar con un conductor para el primer y el último kilómetro, las pausas y los períodos de descanso quedarían obsoletos, ya que el conductor podría descansar durante el trayecto por la carretera. Así se reduciría notablemente el tiempo de conducción. Además, estos fiables sistemas también cometen menos errores y conducen con más precaución que los humanos, por lo que el número de accidentes también debería disminuir.

Por otra parte, sin conductores, los costes de personal también serían menores. Actualmente, las empresas de transporte tienen dificultades para encontrar conductores y la situación con respecto al personal es muy tensa. Solo en España, faltan 20 000 conductores de transporte de mercancías y el 70 % de los actuales supera los 50 años, cuando la edad media de estos profesionales en Europa es de 47 años. Por lo tanto, los camiones autónomos podrían compensar el problema de la escasez de conductores, al menos a medio plazo.

Sin embargo, todo el proyecto tiene un inconveniente fundamental: la tecnología para garantizar la seguridad operativa es muy compleja. Si los sistemas no funcionan debidamente, pueden producirse accidentes graves sin la intervención de un conductor supervisor. Además, el alto grado de interconexión también puede hacerlos vulnerables a ciberataques.