El canal de Panamá se enfrenta a la escasez de agua

Hace mucho tiempo que no se registraba una sequía semejante en la región centroamericana de Panamá y sus alrededores. Y es que no llovió demasiado durante la estación seca y tampoco hubo precipitaciones abundantes en julio, dejando una previsión poco esperanzadora para el resto de 2023. Esta falta de agua afecta, entre otras cosas, al nivel del agua del canal de Panamá y, por lo tanto, a una de las vías fluviales más importantes para el transporte mundial de contenedores marítimos: el canal que conecta el Atlántico con el Pacífico en Centroamérica. Es decir, la ruta elegida por al menos la mitad de los contenedores que viajan del noreste de Asia a la costa este de EE. UU.

El nivel del canal es tan bajo que las autoridades responsables han rebajado varios metros la profundidad máxima, lo que imposibilita el paso a los buques de contenedores de gran tamaño o con carga pesada. Sumado a esto, también se habría restringido el número de barcos que pueden pasar diariamente a través del canal.

Esta situación dio como resultado retrasos considerables, donde en ocasiones había incluso alrededor de 160 barcos esperando a los lados del canal. De un tiempo a esta parte, las tensiones se han suavizado ligeramente pero la normalización de la situación queda todavía muy lejos, ya que no se vislumbra el fin de la sequía y las autoridades prevén prorrogar las medidas restrictivas hasta 2024.

Las cadenas de suministro solo se verían afectadas de forma limitada

La gravedad del impacto que tendría un canal no transitable se hizo patente ya en 2021, cuando el portacontenedores Ever Given bloqueó el Canal de Suez y las cadenas de suministro se vieron gravemente afectadas.

Sin embargo, un escenario similar no es de esperar en el canal de Panamá por la mencionada falta de agua. Según varios expertos, los buques portacontenedores (especialmente importantes para las cadenas mundiales de suministro) atraviesan el canal con mayor rapidez, mientras que otros buques tienen tiempo de espera. No obstante, cabe mencionar que el porcentaje del comercio marítimo español que se dirige a la costa del Pacífico de Norteamérica, Centroamérica y Sudamérica no es muy elevado.

Pero, a pesar de esto, no se puede descartar que los precios de los productos afectados aumenten, ya que los retrasos y los costes adicionales aumentarían a su vez los costes de transporte. Especialmente afectados por este inesperado retraso se vieron, por ejemplo, los graneleros, encargados de transportar carbón, grano y otras mercancías a granel.

Los canales representan un punto de congestión en el agua

El ya mencionado canal de Suez es una de las vías navegables más importantes del mundo para el transporte marítimo comercial junto al canal de Panamá, pero el estrecho de Gibraltar, el estrecho de Ormuz entre el Golfo Pérsico y el Golfo de Omán, el canal de Kiel y el estrecho de Malaca entre Malasia e Indonesia también son atajos importantes en los océanos a nivel mundial. Si se producen retrasos en estos canales, todo el comercio mundial se ve afectado; y es que, al fin y al cabo, alrededor del 90 % del tráfico mundial de mercancías se realiza por barco. Es además un hecho que en el mar apenas hay rutas alternativas razonables, pues la mayoría de los desvíos son extremadamente largos y costosos.
Según los expertos, el cambio climático agravaría aún más los problemas en estos puntos de congestión: aumentarían las tormentas y las inundaciones así como las sequías y el estiaje, lo que haría que la subida del nivel del mar afectara al funcionamiento de las instalaciones portuarias y a las vías de acceso a los puertos marítimos.

Esto supondría otra serie de consecuencias: subirían también las primas de los seguros y, con ellas, los costes de transporte. Además, el transporte de mercancías tardaría más o se anularía por completo, lo que causaría que muchos alimentos caduquen y que procesos de producción se detengan debido a la falta de componentes.